RESERVISTA VOLUNTARIO
Como me he olvidado el impreso de retenciones en Córdoba, hoy no he podido ir a Hacienda a hacer la declaración de la renta. Mañana tampoco podré ir, así que ya lo tendré que dejar para la semana que viene, y si no pues nada, el Estado se quedará con mis retenciones. Hoy no he salido de casa en todo el día. Ayer llegué a Montilla por la tarde, porque tenía Pleno en el Ayuntamiento a las nueve y media de la noche. Salí casi a las doce y media, llegué a casa, cené y me dormí enseguida.
Por la mañana había estado en el gimnasio, que por fin me han cambiado la tabla de ejercicios después de cuatro semanas, aunque me han puesto un circuito tan exigente que no puedo llegar ni a la mitad. Luego estuve en una rueda de prensa en el Hotel Occidental, con gente súper importante a la que no supe qué preguntarle, pero me dio igual porque todos los periodistas estábamos igual. Luego llegué al periódico en taxi, corriendo, hice gestiones, volví al piso a almorzar, preparé la maleta y me fui otra vez corriendo al periódico con la maleta y todo, para no perder tiempo porque a las siete y media tenía que coger el autobús para Montilla. Un día muy estresante, así que hoy llevo todo el día sin hacer nada ni ningún tipo de esfuerzo ni ejercicio.
Llevo desde esta mañana dándole vueltas a lo del Ejército, porque en el periódico han ido en masa a hacerse reservistas voluntarios para ocupar plazas de periodista. Me estuvieron explicando y casi me han convencido, y ya he estado a punto de tomar la decisión afirmativa. Sería sólo un mes al año, con quince días de instrucción y otros quince de prácticas o algo así, yo el vocabulario castrense no lo domino en absoluto. Además, empezaría directamente siendo sargento, Sargento Arobles, en la Marina, en Tierra o en el Aire, aunque aquí no serviría porque me dan vértigos.
Ayer iba a ir con M., la compañera de piso de Z., que estaba muy entusiasmada con la idea y salió corriendo de la redacción para el centro de reclutamiento, desfilando y ensayando los saludos militares. Total, cuando llegó le dijeron que no cumplía los requisitos por no sé qué, así que le regalaron un pañuelo a conjunto con unos pantalones desmontables que llevaba y con una camiseta de camuflaje que se había puesto, para meterse un poco en el papel. Dice que le advirtieron de que en el ejército no podría saludar como lo hace ella, con un holaaaa ni con un ¿qué pasa?, porque eso conlleva varios días de calabozo, y que la disciplina castrense es muy rígida. Pero bueno, la idea que tiene para cuando sea sargenta, la Sargenta M., es hacer aeróbic con la tropa, en lugar de instrucción, y practicar botellones y organizar fiestas, algo así como una showwoman entre los reclutas.
El martes por la noche estuvimos tomando unas cervezas y analizamos la idea y el concepto ejército. Ninguno hemos hecho la mili y, además, yo hubiera sido objetor de conciencia, pero al final me libré porque pusieron la mili voluntaria. Al final decidimos que nos da igual ser antiejército y antiguerra, porque ya estamos pasando los idealismos de juventud. Aunque antes de alistarnos creo que tenemos que hacer la jura de bandera, y yo no creo ni en las banderas ni en los escudos ni en los himnos ni en la selección nacional de fútbol, que seguro que vuelve a perder, como el ejército español si entráramos en guerra.
Por la mañana había estado en el gimnasio, que por fin me han cambiado la tabla de ejercicios después de cuatro semanas, aunque me han puesto un circuito tan exigente que no puedo llegar ni a la mitad. Luego estuve en una rueda de prensa en el Hotel Occidental, con gente súper importante a la que no supe qué preguntarle, pero me dio igual porque todos los periodistas estábamos igual. Luego llegué al periódico en taxi, corriendo, hice gestiones, volví al piso a almorzar, preparé la maleta y me fui otra vez corriendo al periódico con la maleta y todo, para no perder tiempo porque a las siete y media tenía que coger el autobús para Montilla. Un día muy estresante, así que hoy llevo todo el día sin hacer nada ni ningún tipo de esfuerzo ni ejercicio.
Llevo desde esta mañana dándole vueltas a lo del Ejército, porque en el periódico han ido en masa a hacerse reservistas voluntarios para ocupar plazas de periodista. Me estuvieron explicando y casi me han convencido, y ya he estado a punto de tomar la decisión afirmativa. Sería sólo un mes al año, con quince días de instrucción y otros quince de prácticas o algo así, yo el vocabulario castrense no lo domino en absoluto. Además, empezaría directamente siendo sargento, Sargento Arobles, en la Marina, en Tierra o en el Aire, aunque aquí no serviría porque me dan vértigos.
Ayer iba a ir con M., la compañera de piso de Z., que estaba muy entusiasmada con la idea y salió corriendo de la redacción para el centro de reclutamiento, desfilando y ensayando los saludos militares. Total, cuando llegó le dijeron que no cumplía los requisitos por no sé qué, así que le regalaron un pañuelo a conjunto con unos pantalones desmontables que llevaba y con una camiseta de camuflaje que se había puesto, para meterse un poco en el papel. Dice que le advirtieron de que en el ejército no podría saludar como lo hace ella, con un holaaaa ni con un ¿qué pasa?, porque eso conlleva varios días de calabozo, y que la disciplina castrense es muy rígida. Pero bueno, la idea que tiene para cuando sea sargenta, la Sargenta M., es hacer aeróbic con la tropa, en lugar de instrucción, y practicar botellones y organizar fiestas, algo así como una showwoman entre los reclutas.
El martes por la noche estuvimos tomando unas cervezas y analizamos la idea y el concepto ejército. Ninguno hemos hecho la mili y, además, yo hubiera sido objetor de conciencia, pero al final me libré porque pusieron la mili voluntaria. Al final decidimos que nos da igual ser antiejército y antiguerra, porque ya estamos pasando los idealismos de juventud. Aunque antes de alistarnos creo que tenemos que hacer la jura de bandera, y yo no creo ni en las banderas ni en los escudos ni en los himnos ni en la selección nacional de fútbol, que seguro que vuelve a perder, como el ejército español si entráramos en guerra.
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