"HEY" Y "SILVER"
Todo el día haciendo cosas útiles: comprando un ratón para el ordenador, poniendo al día la cartilla del banco (casi en números rojos, la semana pasada demasiados almuerzos y demasiadas cenas fuera de casa), aprendiendo a aparcar con el coche. (Me encanta escribir gerundios, será porque en el periódico está prohibido utilizarlos)
A mediodía oí en los informativos que los detenidos por los atentados de Madrid vivían en el barrio de Lavapiés. Una lástima, con lo que me gustó esa parte de la ciudad cuando estuve hace un mes. Creo que mi parte favorita de Madrid. Recuerdo que me costó trabajo llegar hasta la plaza, sobre todo porque no me orientaba con el mapa. Bajé por El Rastro y luego torcí por una calle hacia la izquierda. Creo que se llamaba calle de Mira el Sol. En la esquina había un videoclub de películas de serie B, y me quedé un rato mirando el escaparate. Las portadas eran alucinantes, con robots asesinos, aliens y otros temas de ciencia-ficción. Luego seguí avanzando. Me llamaron la atención los bazares, con todos aquellos productos chinos o marroquíes. Estuve a punto de entrar en uno de ellos, porque hacía frío y no llevaba bufanda, y en Madrid todo el mundo llevaba una bufanda anudada al cuello (de esto me di cuenta en la calle Preciados, parado junto a la estatua del oso y el madroño). También pasé por una calle donde había corralas. Todo me resultó muy castizo, pero al mismo tiempo muy cosmopolita. En la plaza de Lavapiés entré a una frutería donde vendían productos con nombre muy exóticos. Compré algunas cosas que ya no recuerdo ni cómo se llamaban. Luego estuve en la Casa Encendida, donde ensayaba un grupo y había un certamen de cortometrajes muy experimentales, que a mí me aburrieron.
Hoy me ha parecido que llegaba la primavera. Me vino esta idea cuando conducía cerca del ambulatorio, que es una de mis zonas favoritas de Montilla y maniobraba tanto que empecé a sudar. Me pareció que quizás ya pegaba la manga corta, y recordé que tengo que comprar ropa de entretiempo. Hace unos días que estuve por el centro de Córdoba, y pasé por varias tiendas de ropa. Cuando entré en Zara, todo me pareció tan forzadamente moderno, tan cutre, tan fashion, que me entró de pronto una ráfaga marxista y tuve que salirme. Había unas camisas como de hippie moderno, a la última...
Por la tarde he estado en casa, viendo la tele. Había varios talk-shows. En el de la Primera, el tema del día era algo así como Mi obesidad me hace infeliz, y el presentador lanzaba preguntas incisivas a los invitados: ¿Cuánto has engordado en los últimos años? ¿Has pensado en hacerte una operación de estómago? ¿No puedes encontrar pareja? En Antena 3, daban algo de cibernovios. Me hice una infusión y estuve bajándome música de Internet, algunas canciones de los Pixies que hace tiempo que no escuchaba porque las tenía en disco de vinilo y tengo la aguja rota del tocadiscos. Me reencontré con Hey y con Silver, que llevaba años sin oír y me traen muchísimos recuerdos de cuando estudiaba COU. Voy a grabármelas en un CD.
A mediodía oí en los informativos que los detenidos por los atentados de Madrid vivían en el barrio de Lavapiés. Una lástima, con lo que me gustó esa parte de la ciudad cuando estuve hace un mes. Creo que mi parte favorita de Madrid. Recuerdo que me costó trabajo llegar hasta la plaza, sobre todo porque no me orientaba con el mapa. Bajé por El Rastro y luego torcí por una calle hacia la izquierda. Creo que se llamaba calle de Mira el Sol. En la esquina había un videoclub de películas de serie B, y me quedé un rato mirando el escaparate. Las portadas eran alucinantes, con robots asesinos, aliens y otros temas de ciencia-ficción. Luego seguí avanzando. Me llamaron la atención los bazares, con todos aquellos productos chinos o marroquíes. Estuve a punto de entrar en uno de ellos, porque hacía frío y no llevaba bufanda, y en Madrid todo el mundo llevaba una bufanda anudada al cuello (de esto me di cuenta en la calle Preciados, parado junto a la estatua del oso y el madroño). También pasé por una calle donde había corralas. Todo me resultó muy castizo, pero al mismo tiempo muy cosmopolita. En la plaza de Lavapiés entré a una frutería donde vendían productos con nombre muy exóticos. Compré algunas cosas que ya no recuerdo ni cómo se llamaban. Luego estuve en la Casa Encendida, donde ensayaba un grupo y había un certamen de cortometrajes muy experimentales, que a mí me aburrieron.
Hoy me ha parecido que llegaba la primavera. Me vino esta idea cuando conducía cerca del ambulatorio, que es una de mis zonas favoritas de Montilla y maniobraba tanto que empecé a sudar. Me pareció que quizás ya pegaba la manga corta, y recordé que tengo que comprar ropa de entretiempo. Hace unos días que estuve por el centro de Córdoba, y pasé por varias tiendas de ropa. Cuando entré en Zara, todo me pareció tan forzadamente moderno, tan cutre, tan fashion, que me entró de pronto una ráfaga marxista y tuve que salirme. Había unas camisas como de hippie moderno, a la última...
Por la tarde he estado en casa, viendo la tele. Había varios talk-shows. En el de la Primera, el tema del día era algo así como Mi obesidad me hace infeliz, y el presentador lanzaba preguntas incisivas a los invitados: ¿Cuánto has engordado en los últimos años? ¿Has pensado en hacerte una operación de estómago? ¿No puedes encontrar pareja? En Antena 3, daban algo de cibernovios. Me hice una infusión y estuve bajándome música de Internet, algunas canciones de los Pixies que hace tiempo que no escuchaba porque las tenía en disco de vinilo y tengo la aguja rota del tocadiscos. Me reencontré con Hey y con Silver, que llevaba años sin oír y me traen muchísimos recuerdos de cuando estudiaba COU. Voy a grabármelas en un CD.
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