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Mi Fracaso Personal

EL VERANO EMPIEZA AQUÍ

Cuando ayer quité la última manta que me quedaba en la cama me di cuenta de que ha llegado el verano. En realidad empezó el lunes, cuando J. C. se marchó y fui consciente de que llevábamos cuatro años compartiendo piso. Los veranos siempre empiezan con una ruptura. Ahora los defectos se agigantarán: más suciedad, más desorden, más televisión.

Toda la semana ha girado en torno a dos conceptos (el verano y la ruptura que ocasiona) que han traído múltiples cambios: quitamos las enaguas de la mesa del comedor, por fin compramos la bombona de butano, barrimos el piso, compré un tendedero portátil (a la ropa ya no le puede dar el sol), verdura y líquidos variados (zumos, leche, agua mineral) y guardé todo lo de invierno (mantas, jerséis, abrigos, zapatos).

Esta mañana me despertó el ruido de la obra que acaba de empezar frente al piso, justo delante de mi ventana. Como por la noche ya no se puede dormir y hay que abrir todo de par en par, el ruido era ya insoportable a las ocho de la mañana. Estuve como una hora dando vueltas. Luego desayuné mientras escuchaba The Magnetic Fields y me fui al gimnasio (las pesas son cada vez más insoportables). Después me pasé por el mercado y compré algunas verduras. Creo que voy a empezar a experimentar con las ensaladas y las hortalizas. Luego hice la colada, almorcé y cogí el autobús para Montilla.

Por primera vez en semanas, no me ha sonado el móvil en todo el día. Tampoco he mirado el correo electrónico. A ver qué pasa mañana.

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