COSAS QUE HICE AYER QUE ME DE CONVENCÍ QUE NO VOLVERÍA A HACER
Cosas que hice ayer que me convencí de que no volvería a hacer:
1. Ir a una cata de cerveza. Volvimos por la noche. Había quedado con Á y con A, la profesora, para ir a la feria de Aguilar de la Frontera, que está a unos diez kilómetros de Montilla. Pero a las 23.30 A no estaba preparada, así que mientras hacíamos tiempo volvimos a la cata de la cerveza. Á no se pidió nada, porque conducía él, pero yo caí de nuevo en el mundo de la San Miguel. Tengo que convencerme de que la cerveza no es nutritiva. Me cansa, me aturde, me duerme.
2. Ir de feria. Habíamos quedado en Aguilar con M, para ir a la feria. Llevaba meses sin ver a M, así que creo que por eso fui casi sin pensármelo. De nuevo bebí alcohol, y por eso no me gusta ir de ferias. Intenté tomar sólo Coca Colas, aunque luego me cueste coger sueño, pero luego, inmediatamente, me pasé al mundo del ron, aunque fueron sólo dos copas.
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En este diario no estoy contando las cosas importantes que me están pasando. Ninguna de ellas. Ni los cambios irreversibles que se están dando en mi vida cotidiana y que intento llevar con naturalidad, ni el miedo que me deja mudo cada dos por tres, ni lo irascible que estoy últimamente, ni la incertidumbre que me produce el cataclisma profesional que me amenaza, ni mi caprichosa decisión de octubre. Sólo puedo decir que esto último, esta decisión radical y personal que me he propuesto, quizás no sea solamente un capricho. Sospecho que va a ser lo que me distraiga de todo lo demás.
1. Ir a una cata de cerveza. Volvimos por la noche. Había quedado con Á y con A, la profesora, para ir a la feria de Aguilar de la Frontera, que está a unos diez kilómetros de Montilla. Pero a las 23.30 A no estaba preparada, así que mientras hacíamos tiempo volvimos a la cata de la cerveza. Á no se pidió nada, porque conducía él, pero yo caí de nuevo en el mundo de la San Miguel. Tengo que convencerme de que la cerveza no es nutritiva. Me cansa, me aturde, me duerme.
2. Ir de feria. Habíamos quedado en Aguilar con M, para ir a la feria. Llevaba meses sin ver a M, así que creo que por eso fui casi sin pensármelo. De nuevo bebí alcohol, y por eso no me gusta ir de ferias. Intenté tomar sólo Coca Colas, aunque luego me cueste coger sueño, pero luego, inmediatamente, me pasé al mundo del ron, aunque fueron sólo dos copas.
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En este diario no estoy contando las cosas importantes que me están pasando. Ninguna de ellas. Ni los cambios irreversibles que se están dando en mi vida cotidiana y que intento llevar con naturalidad, ni el miedo que me deja mudo cada dos por tres, ni lo irascible que estoy últimamente, ni la incertidumbre que me produce el cataclisma profesional que me amenaza, ni mi caprichosa decisión de octubre. Sólo puedo decir que esto último, esta decisión radical y personal que me he propuesto, quizás no sea solamente un capricho. Sospecho que va a ser lo que me distraiga de todo lo demás.
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